Esta es la historia de un limonero. Pero no de un limonero cualquiera. Sino de un limonero que estaba empezando. Quería ser el mejor limonero de su especie. Pero, Limonero, había echado raíces en Almería donde, ya sabes que la agricultura es intensiva y la tierra le iba a exigir a Limonero un altísimo rendimiento.
Limonero, estaba dispuesto a dar lo mejor de sí. Limonero tenía todas las cualidades para despuntar en esas tierras: un tronco leñoso y bien ramificado, grandes hojas ovaladas de color verde brillante y muy aromáticas (¡perfectas para elaborar los mejores paparajotes murcianos!) Y sus flores, ¡bua! desprendían un aroma… a azahar intenso…mmmm.
Todo apuntaba a que Almería iba a ser un lugar idóneo para que limonero pudiera desarrollar todo su potencial y luciese unos limones lustrosos. Además, Limonero estaba en buenas manos: los responsables de su cuidado estarían pendientes de regarlo y abonarlo para que limonero adquiriese el vigor que iba a necesitar.
Pero, el tiempo transcurría y Limonero, no echaba limones.
Los responsables de su cuidado estaban muy preocupados. Para tratar de revertir la situación, cada mañana, le daban los buenos días recordándole quién era: ¡Buenos días Limonero!…
Así, lo hicieron cada día. Pensaron que, a través de la repetición, Limonero se haría consciente de cuál era su condición y daría, finalmente, sus frutos. Pero, por alguna extraña razón, continuó sin echar limones.
Ante esta situación, los responsables de su cuidado no sabían bien qué hacer…así que le echaron varios tratamientos fertilizantes. Quién sabe, pensaron, quizá funcione.
Día tras día y mes tras mes, Limonero recibía sus «buenos días Limonero» y esos nutrientes que, según pensaban sus cuidadores, algo bueno le harían.
Pero, todos esos esfuerzos fueron en vano, y limonero se mostraba sin lustre, decaído, perdía sus hojas. Limonero se sentía frustrado. ¿Qué estaba haciendo mal? Él ponía todo su esfuerzo para ser de los mejores limoneros de Almería y, sin embargo, llamaba la atención por enclenque. ¡Pobre!…
La situación debía cambiar.
Una tarde, cuando Limonero estaba solo y decaído, el agricultor de la finca vecina paró de inmediato al ver a Limonero, alertado del estado tan penoso del árbol. Se puso delante de él para examinarle y exclamó: ¡Ay, ay, ay! Pequeño limonero…no te preocupes porque tengo la solución para que tus ramas estén repletas de limones.
Y fue así cómo el agricultor vecino ¡le hizo un injerto a Limonero! Con esta técnica activa, a nuestro joven limonero, se le inserta una rama de un limonero ya experimentado, que tenga frutos, para transferirle toda la información exacta que necesita para que Limonero sea un auténtico crack.
Al cabo de poco tiempo, sus cuidadores acudieron, como de costumbre, a darle los buenos días a Limonero, y no daban crédito. Limonero comenzó a lucir enormes y lustrosos limones. Sus ramas volvieron a estar repletas de exquisitas hojas aromáticas y su tronco, sacaba pecho.
Al mirarle bien, se dieron cuenta del injerto en su base y junto a él, el agricultor vecino les había dejado una nota que decía así: “No por mucho enredar, florece más temprano. No es cuestión de hacer mucho, sino, de hacerlo bien. Estoy a vuestra disposición”
Y, gracias a ese injerto con la información precisa, Limonero consiguió ser el líder de su especie.
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Con esta historia, quiero mostrarte que tu ecommerce o negocio online es el protagonista de nuestro relato. También desea dar lo mejor de sí en un terreno con mucho potencial, pero con grandes exigencias, como la tierra de Almería.
¿Te ha pasado que tu negocio online no ha dado los frutos que deseas? Y, sabes de sobra que la tierra, es decir, tu sector, es fértil. Hay cuota de mercado para ti. Pero, es imposible saber de todo y tu negocio online o ecommerce necesita su injerto. Ya sabes, esa mano experta que conoce cómo conseguir que tu negocio online se nutra y florezca: optimizando tu velocidad de carga, la arquitectura web, el SEO técnico, esos textos trabajados a conciencia para que conviertan…
Recuerda que, por muy buenas intenciones que tengas, necesitas un equipo profesional que te guíe para sacar el máximo potencial a tu negocio. De lo contrario, tu ecommerce perderá su objetivo y tú, el tiempo y dinero.
Así que, ya sabes, para que tu ecommerce o negocio online de los frutos que tú deseas, cuenta con esa voz experimentada que haga que tu ecommerce dé los mejores limones de Almería.
Psss, ¿sabes qué?, el limonero es del que es hoy un buen amigo mío. Y ahora, está repletetito de enormes limones.
HASTA EL PRÓXIMO #MIERCORELATO
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